viernes, 10 de junio de 2016

Sete

Después de que el golfo de León, nos diera un buen meneo nocturno, descubrimos con agradable sorpresa, que esa luz que marcaba nuestro rumbo, era el faro del puerto de Sete. Biiieeen!!!
Estamos rendidas casi tenemos que entrar a puerto con las velas. El motor hace el amago de no arrancar. Las baterías no se cargan bien, ya tenemos otro trabajo en la lista. Finalmente arranca, entramos al puerto de Sete y nos amarramos en pleno centro.
Solo bajar, nos hacemos una foto de grupo, para celebrar que hemos llegado, y acabamos de cocinar el risoto de la cena de ayer. La tormenta nos impido cocerlo.


Al poco rato aparece un hombre con una guitarra, es de Almería y nos canta unas rumbas. Laura se pone too flamenca, todavía le quedan fuerzas para bailar. Este hombre, al que bautizamos como “Felipe Gonzalez de Sete”, es el primero de los personages que conocemos en Sete. El y su compañero “el palmas”, que como su apodo indica, es el que le acompaña palmeado, Se ganan la vida tocando en las terrazas del puerto y pasando la gorra.

Sacamos la mesa con nuestros folletos y los cuchillos para vender. Estamos en el muelle de los pescadores en pleno centro. Empezamos a conocer gente que se nos acerca. El puerto de Sete nos recibe muy amablemente de momento. Nos ofrece amarre sin pagar (destrankis) y sin complicaciones en pleno centro, un acercamiento cálido de la bastantes personas que se interesan por nosotr@s, colaboran con el proyecto, nos abren sus casas, nos invita a fiestas, a conciertos, se sientan con nosotras a hablar, a comer, a tocar música, nos presentan a sus amig@s, y sus amig@s a otr@s amig@s, nos ofrece su ayuda...

Mientras este pueblo lleno de vida, música, cultura y mariner@s, nos va tragando, empezamos los trabajos en el alma del viento. Un par de puentes de los que se elevan están estropeados, y nos impiden entrar en el Etang de Thau. Un enorme lago de agua salada donde teníamos contactos para hacer los trabajos de desarbolar el barco. Así que lo tendremos que hacer en Sete y intentaremos hacerlo sin pagar (como casi todo). Parece que tendremos que dar una buena vuelta para entrar en el Estanque.
Empezamos a guardar velas, a construir la estructura que sostendrá los mástiles a lo largo del canal, y esperamos los refuerzos para el trabajo gordo.

Ya la primera noche nos adentramos en la vida bohemia de Sete. Tomamos una cerveza en el Barbu, y vamos a ver un concierto a la Mer a Boire, un bar/ garage/ sala de conciertos que acaba de abrir. Allí tocan un grupo que tocan versiones de color humano. Una banda francesa que vivió años en Barcelona. Uno de los músicos era miembro de esta banda. A ritmo de rumba, bailamos y nos cruzamos con muchas personas que a lo largo de los próximos días conoceremos más en profundidad.
Para rematar la noche, unas horas de rock and roll en chez Lulu y a dormir con la cabeza turbia.

Sete resulta desplegar un abanico increíble de gente que nos impresiona por su simpatía, buena acogida y por los proyectos en que participa. Enseguida hemos conocido a Mathieu y Philou, que pertenecen a al proyecto Cap au large (http://www.capaularge.org/). Esta asociación propone vacaciones navegadas. Su objetivo, navegar y mezclar gente de sectores sociales muy diferentes. Los barcos estan adaptados para sillas de ruedas. Viajan gente con diversidad funcional, de diferentes sitios del mundo, de clases sociales diferentes... durante varios días o a veces semanas. Amanda, camarera de Barbu, artesana pintora y artista variopinta. Rodolfo: Iniciador de proyectos increibles. Lucas: deslumbrate por su juventud y vitalidad a los 70 años.... Con ell@s y tant@s otr@s que no nos vienen a la cabeza, hemos compartido muchos ratos de buenas charlas, risas, filosofadas sobre el mundo, unas cervezas, unos picones (cerveza con licor de naranja), música en directo... y nos han hechado una mano en un monton de cosas, nos han abierto la mentes y hecho sentir como en casa.

Tomás: Mi Messana que bonica, lo que ha aguantao...
Hemos conocido a Robert. Él es propietario de un precioso barco pescador de atún antiguo, todo de madera; El Maria Gilbert. Este barco junto con otros eran escenario hasta hace casi 10 años de un proyecto social con menores tutelados y con problemas con la justícia francesa.
Durante más de 2 horas, hemos podido visitar el barco y Robert nos ha explicado un montón de historias sobre el proyecto. 4 adultos y 6 jóvenes se embarcaban durante un año en el Maria Gilbert y recorrían el mundo. Nos ha contado un montón de historias increíbles que nos han hecho soñar y emocionar.

También hemos conocido a la gente de Festina Lente (http://www.festinalente2016.net/). Una asociación de artistas que viajan en barcos y hacen una gira por varios puntos del mediterraneo, azores, cabo verde y la Bretaña francesa. Rulando con sus espectaculos y invitando también a artistas locales. Resulta que justo el próximo fin de semana empiezan la gira aquí en Sete.

En medio de todo este ajetreo, Marina decide volverse para casa, pues las obligaciones le llaman. Así que nuestra tripulación se queda en 3.
Al poco tiempo llegan los refuerzos autóctonos. Benne y Teuf, Bastien y Chiara. Ya les conocemos de Recla-mar, y de nómadas del mar. Con ell@s nos hemos atrevido a bajar el mástil grande. Ha sido una auténtica aventura acabada sin éxito. Después de apoyarnos en el barco de otro conocido Ludovic y de montar todo un sistema un tanto atrevido para bajar el mástil, hemos descubierto que la base se había oxidado, y estaba soldada al suelo del barco. Esto nos ha evocado a la última opción: utilizar una grua y pagar.

El bar el Barbu, se ha convertido en nuestra segunda casa después del barco, ya pasamos por allí y nos sentamos con las gentes que lo ferqüentan como un@ más. Allí todos los días conocemos otras personas que viajan, viven y tienen proyectos en barcos. Todo fuente de inspiración para el proyecto del alma del viento.

Han ido pasando los días, y nuestra relación con la autoridad portuaria se ha ido deteriorando. Después de unos cuantas noches de escaqueo sin pagar, parece que se han hartado. Se nos ha acabado el chollo. Ni abarloados al barco de un conocido, parece que nos van a dejar tranquilos.

Nos vemos obligados a pasar una noche en el muelle recreativo para poder usar la grua a la mañana siguiente.
El día siguiente, cuando ya cumplimos una semana en Sete, nos hacemos un maratón de trabajos de 12 horas, y conseguimos escapar. Con los mástiles bien fijados, y preparados para entrar en los canales. A las 6 de la tarde salimos dirección Frontignan. Donde pasaremos la noche. Antes de entrar en el Etang de Thau.

El fin de semana volvemos a estar los 3. Laura ha bajado unos días a casa y ahora vuelve para el festival y para empezar los canales. Benne, Teuf y Bastien vienen también con unos amigos, y nos juntamos tod@s para el festival. Entre cerveza y cerveza, la gente de festina lente nos invita a acompañarles en su proyecto. Nos sentimos afortunad@s y alagad@s pero el alma del viento ya tiene rumbo.
Teatro, música, pintura en directo, gente, baile... y con buena compañía, pasamos el festival muy a gusto.

Con un poco de resaca arreglamos el último de nuestros problemas técnicos. El alternador y el distribuidor de carga de las baterías. Estamos preparadas para salir. Tomas, Laura, Bastien y Guillem nos adentramos en el canal de midi. Después de 9 días de locura portuaria, conseguimos escapar de Sete. Un pueblo que nos ha acogido con los brazos abiertos y que nos deja el corazón lleno y un estupendo sabor de boca.

3 comentarios:

  1. Buenos vientos! espero que nos crucemos alguna vez.

    ResponderEliminar
  2. Brutal la estancia en Sete pues! Cuantas movidas! me alegro ke pudierais solucionar los problemillas técnicos tambien...ahora a por los canales!!!!!!!!
    Saluten y buena proa fluvial!

    ResponderEliminar
  3. Brutal la estancia en Sete pues! Cuantas movidas! me alegro ke pudierais solucionar los problemillas técnicos tambien...ahora a por los canales!!!!!!!!
    Saluten y buena proa fluvial!

    ResponderEliminar