Después de que el golfo de León, nos
diera un buen meneo nocturno, descubrimos con agradable sorpresa, que
esa luz que marcaba nuestro rumbo, era el faro del puerto de Sete.
Biiieeen!!!
Estamos rendidas casi tenemos que
entrar a puerto con las velas. El motor hace el amago de no arrancar.
Las baterías no se cargan bien, ya tenemos otro trabajo en la lista.
Finalmente arranca, entramos al puerto de Sete y nos amarramos en
pleno centro.
Solo bajar, nos hacemos una foto de
grupo, para celebrar que hemos llegado, y acabamos de cocinar el
risoto de la cena de ayer. La tormenta nos impido cocerlo.
Al poco rato aparece un hombre con una
guitarra, es de Almería y nos canta unas rumbas. Laura se pone too
flamenca, todavía le quedan fuerzas para bailar. Este hombre, al que
bautizamos como “Felipe Gonzalez de Sete”, es el primero de los
personages que conocemos en Sete. El y su compañero “el palmas”,
que como su apodo indica, es el que le acompaña palmeado, Se ganan
la vida tocando en las terrazas del puerto y pasando la gorra.
Sacamos la mesa con
nuestros folletos y los cuchillos para vender. Estamos en el muelle
de los pescadores en pleno centro. Empezamos a conocer gente que se
nos acerca. El puerto de Sete nos recibe muy amablemente de momento.
Nos ofrece amarre
sin pagar (destrankis)
y sin complicaciones en pleno centro, un acercamiento cálido
de la bastantes personas que se interesan
por nosotr@s, colaboran
con el proyecto, nos abren
sus casas, nos invita a fiestas, a conciertos, se sientan
con nosotras a hablar, a comer, a tocar música,
nos presentan a
sus amig@s, y
sus amig@s a otr@s
amig@s, nos ofrece su ayuda...
Mientras este pueblo lleno de vida,
música, cultura y mariner@s, nos va tragando, empezamos los trabajos
en el alma del viento. Un par de puentes de los que se elevan están
estropeados, y nos impiden entrar en el Etang de Thau. Un enorme lago
de agua salada donde teníamos contactos para hacer los trabajos de
desarbolar el barco. Así que lo tendremos que hacer en Sete y
intentaremos hacerlo sin pagar (como casi todo). Parece que tendremos
que dar una buena vuelta para entrar en el Estanque.
Empezamos a guardar velas, a construir
la estructura que sostendrá los mástiles a lo largo del canal, y
esperamos los refuerzos para el trabajo gordo.
Ya la primera noche nos adentramos en
la vida bohemia de Sete. Tomamos una cerveza en el Barbu, y vamos a
ver un concierto a la Mer a Boire, un bar/ garage/ sala de conciertos
que acaba de abrir. Allí tocan un grupo que tocan versiones de color
humano. Una banda francesa que vivió años en Barcelona. Uno de los
músicos era miembro de esta banda. A ritmo de rumba, bailamos y nos
cruzamos con muchas personas que a lo largo de los próximos días
conoceremos más en profundidad.
Para rematar la noche, unas horas de
rock and roll en chez Lulu y a dormir con la cabeza turbia.
Sete resulta
desplegar un abanico increíble
de gente que nos impresiona por su simpatía,
buena acogida y
por los proyectos en que participa. Enseguida hemos conocido a
Mathieu y Philou, que pertenecen a al proyecto Cap
au large (http://www.capaularge.org/).
Esta asociación propone
vacaciones navegadas. Su objetivo, navegar
y mezclar gente de sectores sociales muy diferentes. Los barcos estan
adaptados para sillas de ruedas. Viajan gente con diversidad
funcional, de diferentes sitios del mundo, de clases sociales
diferentes... durante varios días
o a veces semanas.
Amanda, camarera de Barbu, artesana pintora y artista variopinta.
Rodolfo: Iniciador de proyectos increibles. Lucas: deslumbrate por su
juventud y vitalidad a los 70 años.... Con
ell@s y tant@s
otr@s que no nos vienen a
la cabeza, hemos compartido muchos ratos de
buenas charlas, risas, filosofadas sobre el mundo, unas cervezas,
unos picones (cerveza con licor de naranja), música en directo... y
nos han hechado una mano en un monton de cosas, nos
han abierto la mentes y hecho sentir como en casa.
Tomás: Mi Messana que bonica, lo que ha aguantao... |
Hemos conocido a Robert. Él es
propietario de un precioso barco pescador de atún antiguo, todo de
madera; El Maria Gilbert. Este barco junto con otros eran escenario
hasta hace casi 10 años de un proyecto social con menores tutelados
y con problemas con la justícia francesa.
Durante más de 2 horas, hemos podido
visitar el barco y Robert nos ha explicado un montón de historias
sobre el proyecto. 4 adultos y 6 jóvenes se embarcaban durante un
año en el Maria Gilbert y recorrían el mundo. Nos ha contado un
montón de historias increíbles que nos han hecho soñar y
emocionar.
También
hemos conocido a
la gente de Festina Lente (http://www.festinalente2016.net/).
Una asociación
de artistas que viajan en barcos y hacen una gira por varios puntos
del mediterraneo, azores, cabo verde y la Bretaña
francesa. Rulando con sus espectaculos y
invitando también a artistas locales.
Resulta que justo el próximo
fin de semana empiezan la gira aquí en Sete.
En medio de todo este ajetreo, Marina
decide volverse para casa, pues las obligaciones le llaman. Así que
nuestra tripulación se queda en 3.
Al poco tiempo llegan los refuerzos
autóctonos. Benne y Teuf, Bastien y Chiara. Ya les conocemos de
Recla-mar, y de nómadas del mar. Con ell@s nos hemos atrevido a
bajar el mástil grande. Ha sido una auténtica aventura acabada sin
éxito. Después de apoyarnos en el barco de otro conocido Ludovic y
de montar todo un sistema un tanto atrevido para bajar el mástil,
hemos descubierto que la base se había oxidado, y estaba soldada al
suelo del barco. Esto nos ha evocado a la última opción: utilizar
una grua y pagar.
El bar el Barbu, se ha convertido en
nuestra segunda casa después del barco, ya pasamos por allí y nos
sentamos con las gentes que lo ferqüentan como un@ más. Allí todos
los días conocemos otras personas que viajan, viven y tienen
proyectos en barcos. Todo fuente de inspiración para el proyecto del
alma del viento.
Han ido pasando los días, y nuestra
relación con la autoridad portuaria se ha ido deteriorando. Después
de unos cuantas noches de escaqueo sin pagar, parece que se han
hartado. Se nos ha acabado el chollo. Ni abarloados al barco de un
conocido, parece que nos van a dejar tranquilos.
Nos vemos obligados a pasar una noche
en el muelle recreativo para poder usar la grua a la mañana
siguiente.
El día siguiente, cuando ya cumplimos
una semana en Sete, nos hacemos un maratón de trabajos de 12 horas,
y conseguimos escapar. Con los mástiles bien fijados, y preparados
para entrar en los canales. A las 6 de la tarde salimos dirección
Frontignan. Donde pasaremos la noche. Antes de entrar en el Etang de
Thau.
El fin de semana
volvemos a estar los 3. Laura ha bajado unos días
a casa y ahora vuelve para el festival y para empezar los canales.
Benne, Teuf y Bastien vienen también
con unos amigos, y nos juntamos tod@s
para el festival. Entre cerveza y cerveza, la gente de festina lente
nos invita a acompañarles en su proyecto. Nos sentimos afortunad@s
y alagad@s
pero el alma del viento ya tiene rumbo.
Teatro, música, pintura en directo,
gente, baile... y con buena compañía, pasamos el festival muy a
gusto.
Con un poco de resaca arreglamos el
último de nuestros problemas técnicos. El alternador y el
distribuidor de carga de las baterías. Estamos preparadas para
salir. Tomas, Laura, Bastien y Guillem nos adentramos en el canal de
midi. Después de 9 días de locura portuaria, conseguimos escapar de
Sete. Un pueblo que nos ha acogido con los brazos abiertos y que nos
deja el corazón lleno y un estupendo sabor de boca.
Buenos vientos! espero que nos crucemos alguna vez.
ResponderEliminarBrutal la estancia en Sete pues! Cuantas movidas! me alegro ke pudierais solucionar los problemillas técnicos tambien...ahora a por los canales!!!!!!!!
ResponderEliminarSaluten y buena proa fluvial!
Brutal la estancia en Sete pues! Cuantas movidas! me alegro ke pudierais solucionar los problemillas técnicos tambien...ahora a por los canales!!!!!!!!
ResponderEliminarSaluten y buena proa fluvial!