viernes, 22 de julio de 2016

El Canal Du Midi Y canal Lateral del Garonne

El Canal... ya habiendo pasado unas semanas de haberlo cruzado, parece corto... Después de atravesar Sete, nos adentrábamos en otra etapa, ya con el barco calvo de palos y con los obenques para tensar los palos (que te desollaban las espinillas al girarte de repente,  y no te acababas de acostumbrar a la reestructuración de la cubierta), cruzamos la laguna de Thau entre dudas de donde comprar la Vignete y demás (que duraron hasta la salida del canal...).



Ahi empezamos a experimentar que limitada era la velocidad que llevábamos, imagina que era el de una persona a paso ligero... así que observábamos con cara de espasmo como nos adelantaba abuelitos y abuelitas en bicicleta y a pie algunas veces. En el mar no eres consciente de la velocidad que llevas porque no tienes puntos de referencia, pero aquí si, y además el calado hacia que fueramos mas lentos, el máximo calado permitido allí era 1,65 y nosotrxs íbamos con 1,45. Añadiendo la tension al pasar cada puentecito de piedra mirando que no tocásemos con el punto mas alto (el palo del aerogenerador). Y todo esto mientras nos era posible trabajábamos la madera del barco lijándola y barnizando.


Calculo a groso modo de que fueron unos 15 días, cruzando el Canal Du Midi y el canal lateral del Garonne, cruzamos toda Francia de Este a Oeste. Del Mediterráneo al Atlántico. Pasamos por pueblos bastante pintorescos como Capestang, Castelnaudary, Moissac ... y ciudades como Carcassonne, Tolouse,  Montauban, Agen. Los canales los solían habitar jubiladxs que habían optado  por comprarse un peniche en vez de auto caravana y vivir en el canal. La verdad que vimos casas barco bastante espectaculares. Pasamos un total de  63 esclusas, 126 puentes y 7 acueductos.

Alargábamos las tardes navegando por el canal lo máximo que daba la luz, porque cada día cerraban las esclusas a las 19h y no las volvían a abrir hasta las 9h del día siguiente. Recuerdo ir navegando a ritmo de motor por campos inmensos y a orilla y orilla plataneros enormes,  a los lados tenias montañas, y la luz de la tarde y el sonido de los pájaros.

Hemos subido montañas con el alma de viento! Aquel sueño extraño que mas de una vez me paso por los delirios nocturnos de remontar navegando a vela una montaña, se había hecho casi realidad.

En el principio del canal íbamos Tomás, Guillem, Bastien y Laura, Navegamos un par de días o tres y a bordo celebramos los 27 años de Bastien, me acuerdo que conseguir un pastel casi nos cuesta un tripulante, porque fue en los 10-15 minutos que tardo en llenarse la esclusa y antes de que volviera ya nos estaban diciendo que nos moviéramos. Bastien pertenece a un colectivo, la caravana intergaláctica, colectivo nómada y rural que participara el año que viene en la cruzada del canal con el Stray y nómadas del mar y otros colectivos, cosa que se ha estado ya hablando con diferentes personas durante este viaje para organizar lo que viene!

Al día siguiente Bastien y Guillem partieron desde Beziers, y por unos días compartimos el viaje Tomás y Laura, mano a mano! Beziers, Narbonne y Carcassone. Allí nos encontramos con nuestrxs amigxs Toph, Romeo y Benne!! Romeo y Toph siguieron un par de días con Tomás en el alma de viento, y fue entonces donde culminaron la esclusa mas alta y empezaron a descender. Benne y Laura se fueron... a bailar danzas del mundo en beneficio de una escuela llamada Calandreta donde se habla en occitano y a visitar amigxs actores, interpretes, agricultores, ilustradoras, intelectuales... Como Uriel, Louise, Christian... Todo gente super amable e interesante. Gracias por recibirnos con los brazos abiertos!

Esa fue la semana del Recicle! (Recupere) en Francés. Allí hicimos reservas de comida hasta llegado el final del canal. Mmm... que ricos los meloncetes reciclados, las naranjas, los diez brócolis, las galletas príncipe... Después de unos días y de compartir una noche de comida-recicle abundante y musica en el Alma de viento Benne, Toph y Romeo partieron y dejamos atrás Toulouse.


Pasaban los días en el canal, cada noche amanecíamos en un tramo distinto, en medio de ves a saber dónde, pero siempre antes de la siguiente esclusa que nos encontramos cerrada ya pasadas las 19h.

Que vida la de los escluseros! con su casita en medio del campo su huertecito... llegar a una esclusa era todo una aventura, prepara las amarras deprisa porque hace nada que acababas de pasar la anterior esclusa, preparalas en la mano, lánzalas, salta a tierra! o cuando teníamos que subir, era escalar por las espaldas de Tomás o si había suerte pilla al vuelo una escalera para trepar hasta tierra... y luego estaba el hacerle ojitos a los escluseros para que no nos preguntaran por la vingete demasiado.

Esos momentos de descanso por la tarde dieron para dar paseos y descubrir nuevos lugares, para tocar musica, dar volteretas en la hierva del lugar o hacer hogueras por la noche al lado del Alma.

Se acerca el final... las últimas pruebas estaban marcadas, pasar un tramo de algas monstruosas que nos obstaculizaban el paso y mas que un barco nos hacían parecer el cortacesped del canal. Por unas horas nos mantuvimos casi parados intentamos remolcarnos con el chinchorro pero no resulto... Y la prueba final fue pasar las ultimas dos esclusas que nos daban puerta a la libertad!! las dos ultimas esclusas separadas por 400 metros en la que nos harían el control del barco, y de la vignette. Que tensión, que intriga, que entusiasmo por ver lo que venia luego...

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