viernes, 7 de diciembre de 2012

Fragmento de la novela "Con la soga al cuello"

"...el capitán Whalley pensaba que un barco sin hombre era como un cuerpo sin alma, un marino sin barco no tenia mas importancia en este mundo que un tronco a la deriva en el mar."

Joseph Conrad

martes, 4 de diciembre de 2012

La senda del mareante


De allí

De donde la piel del gigante se confunde en la bruma marina.

Del lugar en el que la espesa niebla engulle la jarcia y nos hace ser parte de ella.

De aquella lejana linea que separa lo etéreo de lo desconocido.

Del camino efímero marcado por los vientos portantes.

Por allí vinimos y allí retornaremos a nuestra patria la mar.

Tomás

viernes, 30 de noviembre de 2012

Solo el hombre



Yo atravesé las hostiles
cordilleras,
entre los árboles pasé a caballo.
El humus ha dejado
en el suelo
su alfombra de mil años.

Los árboles se tocan en la altura,
en la unidad temblorosa.
Abajo, oscura es la selva.
Un vuelo corto, un grito
la atraviesan,
los pájaros del frío,
los zorros de eléctrica cola,
una gran hoja que cae,
y mi caballo pisa el blando
lecho del árbol dormido,
pero bajo la tierra
los árboles de nuevo
se entienden y sé tocan.
La selva es una sola,
un solo gran puñado de perfume,
una sola raíz bajo la tierra.

Las púas me mordían,
las duras piedras herían mi caballo,
él hielo iba buscando bajo mi ropa rota
mi corazón para cantarle y dormirlo.
Los ríos que nacían
ante mi vista bajaban veloces
y querían matarme.
De pronto un árbol ocupaba el camino
como si hubiera
echado a andar y entonces
lo hubiera derribado
la selva, y allí estaba
grande como mil hombres,
lleno de cabelleras,
pululado de insectos,
podrido por la lluvia,
pero desde la muerte
quería detenerme.

Yo salté el árbol,
lo rompí con el hacha,
acaricié sus hojas hermosas como manos,
toqué las poderosas
raíces que mucho más que yo
conocían la tierra.
Yo pasé sobre el árbol,
crucé todos los ríos,
la espuma me llevaba,
las piedras me mentían,
el aire verde que creaba
alhajas a cada minuto
atacaba mi frente,
quemaba mis pestañas.
Yo atravesé las altas cordilleras
porque conmigo un hombre,
otro hombre, un hombre
iba conmigo.
No venían los árboles,
no iba conmigo el agua
vertiginosa que quiso matarme,
ni la tierra espinosa.
Sólo el hombre,
sólo el hombre estaba conmigo.
No las manos del árbol,
hermosas como rostros, ni las graves
raíces que conocen la tierra
me ayudaron.
Sólo el hombre.
No sé cómo se llama.
Era tan pobre como yo, tenía
ojos como los míos, y con ellos
descubría el camino
para que otro hombre pasara.
Y aquí estoy.
Por eso existo.

Creo
que no nos juntaremos en la altura.
Creo
que bajo la tierra nada nos espera,
pero sobre la tierra
vamos juntos.
Nuestra unidad está sobre la tierra.



Pablo Neruda

sábado, 19 de mayo de 2012

El alma y el viento




Con tal vehemencia el viento
viene del mar, que sus sones
elementales contagian
el silencio de la noche.



Solo en tu cama le escuchas
insistente en los cristales
tocar, llorando y llamando
como perdido sin nadie.



Mas no es él quien en desvelo
te tiene, sino otra fuerza
de que tu cuerpo es hoy cárcel,
fue viento libre, y recuerda.


LUIS CERNUDA



domingo, 29 de abril de 2012

Comic

Patrice Pellerin, guionista y dibujante de "El Gabilan" realiza un magnifico trabajo de investigación documentación y dibujo del arte de la navegación del siglo XVIII. Contien conseguidos e instructivos escenarios como navíos de la época, castillos, palacios, fortificaciones y paisajes de Brest ( Francia).  La historia es la que falla pues en este comic como en muchas películas y novelas de aventuras intentan convertir en héroes a mequetrefes cobardes. En este caso les toca a los corsarios, individuos de valores egoistas que se venden a los grandes poderes monarquicos y religiosos basados en el poder de las armas. Bastante lamentable es que convivamos en el día a día con individuos de este despreciable pelaje, que consiguen que el hombre no sea el ser humano que muchos esperamos que llegue a ser, como para encima convertirlos en personajes de gran valor, lealtad, audacia y libertad.