viernes, 27 de mayo de 2016

Barcelona - Sette

Soltamos amarras el lunes día 10 abril que al final fue el martes a las 0300 de la madrugada. Entre tanto tuvimos tiempo de repostar a garrafas, que embarcaramos toda la tripu que iva a compartir este viaje, de despedirnos de Dani con el que hicimos la última cerveza antes de marchar y tiempo tambien de que cambiaran los vientos que estavan en contra. Se nos alargo la cosa vamos.




La primera guardia tuvo el honor de ver salir el sol por el Este mientras dejava la nube tenebrosa de barcelona al norte. Y todo lo que "dejara", ahi ivamos todas en el mismo barco con el mismo destino por unos dias.

Milla a milla vamos adaptandomnos y aprendiendo a estar a bordo y sobre la navegación. Era jugar en modo Tetrix a encajarte en tu espacio en el barco (por espacio, y además que estubiera seco) a que tarea te ponias a hacer, timón, conversante, maniobrar velas, cocineo, navegación en carta...


 
Cabalgando mares con pitillo en boca pasamos
todo tipo de variaciones climaticas.






Hacemos fondeo para descansar por la falta de costumbre a las guardias cerca de punta castell, proximo a Palamós. A la mañana siguiente despúes de que Marina se pegara un chapuzón matutino pretendimos salir del fondeo a vela, pero una rolada de viento justo en el momento dio al traste con la operación. De ahi fuimos tirando millas. Nuestra singladura  prevista terminava en cadaques, pero en el ultimo momento cuando estavamos a punto de alcanzar nuestro destino y cuando teniamos vientos portante nuestra suerte cambió. Aparecio "el gusano negro que veis en la foto de arriba". Arriamos velas y nos dimos media vuelta para fondear y pasar la noche en las islas medas. Precioso paraje sin igual en el que hay boyas para amarrar y justo a sotavento, eramos el unico barco alli, solo habia que gaviotas y el alma de viento en la reserva natural de las Medas.
Jueves 12 de Mayo, zarpamos rumbo Sette, y no paramos hasta llegar... Salvo para darnos un chapuzón en frente de Cadaqués. Día de sol y poco viento y al caer la noche cuando nos adentramos en el golfo de León y nos enseñó sus garras.
Dormir en la proa era imposible... te quedabas suspendida en el aire a cada bote que pegaba
sobre las olas, y seguidamente un chorro de agua que se colaba y caía encima de tu cara. No hubo mucho descanso y salimos a cubierta por que la cosa se estaba poniendo maja, rizamos Mesana, y pescamos drizas en medio de las olas y de la oscuridad y alguna que otra hostia de ola encima. El timón andaba duro y necesitaba de piernas y brazos para aguantar el rumbo que era justo entre el 60º y el 40º con temporal de Oeste que poco a poco iba creciendo y poniéndose mas de Norte. Los partes que habíamos consultado daban menos de lo que al final nos encontramos.
Los libros volaban a las cabezas, los cojines, las botellas de agua, las cartas náuticas, la comida, y lo único que quedo encima de la mesa fue el estupendo queso holandés que trajo Marina, todo quedó como si acabara de haber un registro en el barco. Hasta en algún momento se nos paso por la cabeza poner rumbo tierra, (una locura) por que hubieran sido muchas mas horas para alcanzar tierra así que solo nos quedo que seguir y seguir. Se hizo largo pero ya nos supimos amenizar bien cantando o escuchando ACDC en                                                                                      los momentos
de mas cansancio.








Acabamos destrozadas el barco y nosotras, pero algo muy grande llegaba...






Proximamente... Sette!!! Pero qué Sette!

2 comentarios:

  1. Marina! acabo de ver esto por casualidad, soy laura! al final te fuiste...que tengas buen viento compañera! cuando llegais a Asturias? tal vez esté por aquí, avísame por si acaso. (menendezgonzalezl@gmail.com)

    ResponderEliminar
  2. AUPA ESE ALMA DE VIENTO, ME ALEGRA SABER DE VOSOTRXS...KE TENGAIS MUY BUENA PROA EN VUESTRAS SINGLADURAS. AKI SEGUIMOS PENDIENTES DE VUESTRAS NOTICIAS...HACEDNOS SABER!!

    ResponderEliminar